Niños gordos, niños tristes.
Volvemos a tratar el tema de la alimentación en los niñ@s pues es una preocupación constante. No podemos dejar de insistir en ello dada la importancia tan fundamental que tiene para un buen desarrollo de los niñ@s, no sólo en el plano físico, sino también, y especialmente, en el psicológico.
Según un estudio realizado por pediatras de Atención Primaria entre más de cuatrocientos pacientes de entre 4 y 14 años, se ha confirmado la existencia de deficiencias psicológicas asociadas a los malos hábitos nutricionales.
En los niñ@s que sufren sobrepeso se ha observado una correlación del doble de casos de alteraciones psicológicas, como ansiedad y depresión, que pueden desembocar en trastornos de conducta alimentaria como la anorexia y la bulimia.
Según los datos del test nutricional utilizado, los niñ@s con sobrepeso presentan una puntuación más baja y muestran ciertas anomalías en el análisis psicológico, en concreto, en motricidad, en el desarrollo cognitivo y lingüístico, y en el campo de las relaciones sociales y afectivas.
El doctor Francisco Rodríguez, profesor de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid dice que aquellos menores que tienen más preocupaciones y que manifiestan un rango de ansiedad mayor tienen peor nivel nutricional. Además, cree que la alimentación produce modificaciones en las emociones de las personas y en su estado de ánimo, por lo que tanto el abuso de la comida como un autocontrol excesivo reflejan trastornos de conducta.
Por otra parte, el presidente de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, Javier Aranceta, indica que el problema ya comienza en el desayuno, en el que un 8% de los niñ@s no desayuna, lo que produce «sospechas de retrasos» en áreas importantes como la motricidad y la socialización, y empeora el rendimiento físico e intelectual.
Mientras que los expertos recomiendan que en el desayuno estén presentes la fruta, la leche y los cereales, sin embargo, el 20% de los niñ@s toman de forma habitual bollería industrial y el 73% sólo toma galletas, pan y, en los menos casos, cereales.
Otro aspecto importante que destacan es el factor social que va asociado a la comida. El doctor Rodríguez afirma que comer con los seres queridos genera una activación cerebral que deriva en un aumento en la liberación de los neurotransmisores que dan lugar a una sensación placentera, algo de lo que se ve privado quien come aislado o en «mala compañía», como les ocurre actualmente a la mayoría de los niños españoles.
También se menciona la Televisión como elemento negativo en la alimentación infantil. Y por último, se recuerda que son los adultos los responsables de una correcta alimentación de los niñ@s.
Para ampliar esta información leed el artículo que «laopinióncoruña.es» dedica a este estudio.
Y no olvidéis que un buen desarrollo ahora es garantía de buena salud física y mental en el futuro.
Deja una respuesta