¡No más de tres juguetes…!

En estos días en que los niñ@s reciben muchos regalos podemos sentirnos desilusionados al comprobar que nuestros pequeñ@s no demuestran mucho entusiasmo por todos los regalos que con ilusión han dejado Papá Noel y los Reyes Magos.

La explicación nos la da la doctora Alfonsa Lora, miembro de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) y experta en déficit de atención e hiperactividad en el niñ@ y adolescente :

«los niños tienden a elegir un sólo juguete, como máximo dos. El resto, los considerará accesorios y, si los viera en casa de un amigo, les gustaría, pero en la suya ya no. Han perdido el interés».

Recuerda a Papá Noel y a los Reyes Magos que los niñ@s no necesitan un montón de juguetes, sino a alguien con quien jugar.

Afirma también que se está perdiendo la idea del juguete  como elemento educativo, que ayuda al desarrollo y a la comunicación:

«Los mejores juguetes son los que permiten al niño ser mejor. No hay que olvidar nunca que el juguete es un instrumento para su desarrollo y felicidad, es un vehículo de exteriorización e interiorización de emociones, sentimientos y creatividad. Es desde el juego donde el habla pública del niño comienza a hacerse lenguaje interno para dirigir su conducta, y externo, para tomar iniciativas, discutir y negociar».

Recomienda también ser consecuente con los regalos que reciban…»un niño no elige estar solo si tiene a alguien con quien jugar. Hay que pensar siempre que el regalo más caro del mundo nunca cubrirá la ausencia de un compañero de juegos, sobre todo, si estos son los padres. Un ejemplo claro son los balones, pese a su larga trayectoria como juguete, sigue estando en lo más alto de la lista porque representa precisamente juego en compañía, equipo, aire libre y negociación…Todo lo que a un juguete se le puede pedir».

Los pediatras son partidarios de que el máximo de juguetes a regalar no sean más de tres, y, de estos, uno será un libro:

«Un buen libro, leído en compañía de los padres, es uno de los mejores regalos que hay. Quizá al niño no le guste en principio, pero bien leído y en buena compañía será un momento que el pequeño siempre recordará», dicen desde la citada asociación.

Esta información está extraída de un artículo del periódico La Vanguardia.

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